ECOSISTEMA FLUVIAL MENES.

 
     
   




“Cuando el río canta nacen paraísos”
                                                          Octavio Paz

    
Los ríos son las venas de la tierra, a través de ellos se ha penetrado en los valles y en sus riberas se asentaron las primeras civilizaciones humanas. A partir de ahí, el río ha seguido junto al hombre, aunque este, a veces, le ignore.

     Los cursos de agua son muchos y de abundante caudal en el valle de Mena. Los ríos no solo nutren las tierras menesas sino que son los agentes más directos en su configuración geográfica. Cada valle de los que forman Mena tiene un río como eje central.

    El río más importante y que más transformaciones ha sufrido es el Cadagua. Los demás ríos meneses irán a donar sus aguas a él.
    

  

El río Egaña pasa casi desapercibido por el valle de Tudela. Nace en La Peña, entre los portillos de Egaña y Los  Lobos. Va muy discreto entre hayas y algún tejo y enseguida se embalsa en un pequeño pantano que abastece de agua a Arceniega (Alava).

   El Ordunte es el río torrentero por excelencia del valle. Nace en un lugar privilegiado, conocido como la fuente del Hornacho. Alcanza un fuerte desnivel hasta llegar al valle de Ordunte.
Una vez en el valle, sus aguas son atrapadas en el embalse que abastece a parte del Gran Bilbao.

   El valle de Angulo se ve surcado a lo largo por el río San Miguel, por cierto, muy pocos ríos llevan nombre de santos.
Es un río bello desde que sale por la boca de la cueva San Miguel, El Viejo, hasta pasar unos metros la cascada de Peñaladros, en la frontera, donde deja de ser menés para convertirse en alavés.

   

Un río con mucha historia, el río Herrerías. Pasa por el valle de Ayega sin hacer ruido. Cuenta con un cauce estrecho pero todo él es un auténtico vergel.

Alrededor del agua surgen importantes focos de vida, hablo de ecosistema fluvial. Hileras de árboles y arbustos forman el bosque de ribera. Esta masa arborea sirve de refugio y alimentación a una variada fauna (insectos, aves, peces, anfibios, reptiles...)

La actividad humana en las riberas de los ríos aún es visible (molinos, ferrerías, herrerías, centrales hidroeléctricas...) 

   
 
 

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